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Tríadas: Una guía no definitiva.

Igual que mucha (muchísima) gente que conozco, mi jornada hacia la no monogamia ética comenzó realmente con una cuasi-tríada accidentada que surgió a partir de asumir que podía controlar lo incontrolable e ignorar todo aquello que me incomodaba. La historia clásica fue: una pareja conoce a una persona, comienzan a relacionarse sexualmente, surgen afectos que se ignoran por miedo e inseguridad, todos se hacen mensos y, eventualmente, la relación colapsa cuando el vínculo entre dos es más fuerte que el que había entre los tres.

Contrario a lo que popularmente se representa en los medios, las tríadas es de lo menos común en el poliamor ético, particularmente porque es bien pinche complicado.

¿Quieres un trío o una tríada?

Muchas parejas tienen la fantasía de un trío sexual y ponen como condición que “nadie se enamore” o “que no sea con gente conocida”. El problema es que tener interacción sexual con otro ser humano va a implicar conectar, al menos un poquito. Paradójicamente, la ideal prevaleciente es “queremos experimentar sin que nada cambie entre nosotros”.

Detente unos segundos a considerar esa idea. Experimentar sin que nada cambie. Explorar cosas nuevas sin que nada cambie.

El simple hecho de sugerirlo ya cambió tu relación para siempre. Ya no serán los mismos que eran antes de considerar una posibilidad así. Aferrarse a ser algo que ya no son tiene resultados catastróficos.

Estas parejas ponen sus sentimientos y emociones en el closet, esperando que se mueran y no les traigan problemas en el futuro. Esa curiosidad, anticipación, esperanza, deseo, fascinación y demás se convierten en miedo viviendo en ese espacio. Sin embargo, los miedos adoran la obscuridad, se alimentan de ella y crecen haciéndose más fuertes y prolíferos.

Por supuesto, si lo que realmente buscan es una experiencia única y particular, es posible que no pase de ahí. Mientras haya consentimiento ético (libre, entusiasta, reversible, específico e informado) de todas las partes involucradas, hacer un trío con tu pareja puede ser una experiencia maravillosa que hasta les lleve a conectar de nuevas formas. De cualquier modo, este no es un artículo de tríos, ni de cómo abrir tu relación.

Cuando estas expectativas no se hablan, es posible que se comiencen a formar vínculos nuevos con la tercera persona y “de pronto” ya están enamorados. Nomás que cuidado, el amor no es un accidente, sino una decisión.

Ahora, aquí quiero hacer una pausa para especificar que las tríadas existen y sí pueden ser funcionales y felices. Sólo que requieren aprender a relacionarse de una manera completamente diferente.

Dos es compañía, tres es una red

¿Has conocido una tríada en la vida real? No me refiero a las que salen en las series y películas donde se espera que dos de las personas involucradas se den cuenta de que son el verdadero amor el uno del otro y dejen al tercero (que resulta ser un villano por alguna extraña razón).

Las personas que están empezando en la no monogamia ética se aferran a las “reglas” de la monogamia tradicional y sólo le agregan más personajes. Se traen la exclusividad sexual, no por convicción sino porque “¿qué tal que nos pasa otra vez y alguno de los tres se enamora de otro?”, la jerarquía de los afectos donde se juran que se van a amar con la misma intensidad siempre para evitar que alguien se sienta excluido de la relación, la escalera eléctrica de las relaciones y entran en conflicto porque no pueden casarse los tres y quién se va a quedar como “el tercero”, entre otros tantos mitos del amor romántico.

Usualmente estas tríadas se mantienen contentas mientras dura la ENR (o el enamoramiento) y la novedad de estar los tres, pero la relación se deteriora rápidamente y hay competencia entre dos de ellos, envidia de actividades o compatibilidades que comparten los otros dos y, ultimadamente, se disuelve la tríada y queda una nueva relación monógama formada por el tercero y uno de la pareja original, o a veces la muy resentida pareja original con reglas mucho más estrictas y enojos ocultos.

No, no te he estado espiando y no te estoy atacando. Si los hermanos Grimm vivieran en esta época, existirían cuentos representando la misma dinámica que le pasa a muchos.

Viéndolo ahora desde un lugar donde tengo más información, experiencia y herramientas, ese resultado me parece no sólo lógico sino hasta esperado. Al incrementar el número de relaciones, las dificultades y conflictos que ya estaban presentes en la relación monógama se exponencían. Recuerda que una tríada no es una sola relación, son 10. Entonces échale que cada problema que tengas originalmente se multiplica por un potencial de 10. No es cualquier cosa.

Dinámicas de dos multiplicadas

Una relación monógama ética requiere que se atiendan tres relaciones individuales: la relación entre A y B, y las relaciones que tienen ellos consigo mismos. Algo que tiende a suceder con el tiempo en las relaciones monógamas tradicionales es que las personas se funden y empiezan a perder su identidad. De pronto la persona con la que me casé ya no me llena, ni me emociona, ni me interesa, probablemente porque ya ha perdido ese mundo que tenía cuando le conocí y todo es demasiado conocido. Por lo tanto, cualquier cambio que quiera hacer alguno de los participantes va a ser amenazante porque estamos, literalmente, pegados.

En una tríada esto es aún más intenso. Además de las relaciones que tiene cada persona consigo misma para poder atenderse, tiene dos relaciones con dos personas más. Pensémoslo como que A, B y C tienen una relación. En ningún orden de importancia o jerarquía, tendríamos la relación que tiene:

1. A, B y C juntos

2. A con B como dinámica de dos

3. B con C como dinámica de dos

4. A con C como dinámica de dos

5. A con la dinámica de BC como pareja

6. B con la dinámica de AC como pareja

7. C con la dinámica de AB como pareja

8. A consigo mismo

9. B consigo mismo

10. C consigo mismo

Esto sin contemplar que A y B se relacionan como vínculo romántico Y como metamores. Considera que habrá conflictos que pueden sólo incluir a dos de los involucrados y, en ese caso, no es tu responsabilidad resolverlo, pero sí te afectará.

Eso es una tríada. Y es por eso que, para mí, es la configuración más complicada en el poliamor.

Al principio es muy fácil enfocarse sólo en la dinámica que tienen los tres, ya que es lo más novedoso y emocionante. Eventualmente, surgirán las demás relaciones y empezarán a demandar su espacio y atención, por más que quieran ignorarlas. A tal vez descubra que le gusta más ir al cine solamente con C, pero prefiere ir al bar con B y C juntos. Y eso, no siempre.

Si has llegado a este punto, sospecho que tal vez consideres que esto es demasiado complicado y ¿por qué alguien haría algo así cuando podemos fluir nada más y ya?

La tríada ética

“Jaime, ¿es mejor empezar una tríada desde cero o abrir una relación que ya tiene tiempo? ¿Cómo se debe hacer?”, son preguntas que recibo todo el tiempo.

Si me conoces un poco, seguro sabrás mi respuesta aún antes de que yo te la diga: ¿Tú qué quieres?

Sin embargo, aquí hay un pequeño detalle. Es bien difícil querer algo que no conozco porque, pues, no sé que tengo esa opción. Generalmente voy a irme por aquello que me parezca más conveniente, aunque sea todo eso que describí anteriormente y que, probablemente, no funcione como quisieras. Así que aquí te comparto mi propuesta de relaciones éticas aplicada a las tríadas.

Ojo: Esto es una propuesta a partir de mis valores, mi experiencia y mis conocimientos. NO es LA forma definitiva de hacerlo. Esa sólo podrás descubrirla tú.

Si estás en una pareja que e va a abrir.
  • Antes de empezar con esto, considera que tu relación actual va a terminar. Relacionarte con otra persona, en el modelo relacional que sea, va a implicar que pierdas cierto control y libertad. Eso es inevitable. Lo que puedes decidir es cuánto estás dispuesto a ceder y cuánto necesitas.
  • Revisa qué tanto espacio hay en tus dinámicas para explorar con otra persona. Si la vida con tu vínculo está fusionada 24/7, la única forma de que alguien más entre va a ser quitarle tiempo, energía y espacio a tu vínculo (que es uno de los miedos más prevalecientes en esta dinámica). Primero, tómense un tiempo para desenredarse.
  • Establezcan acuerdos con la plena consciencia de que seguramente tendrán que ser modificados cuando llegue la otra persona. Eso que imaginan que funcionará sólo existe en su mente y no saben qué efecto tendrá la otra persona, ni qué necesidades presentará.
  • Vuelve a considerar que esta relación está terminando. Sí, ya sé que lo mencioné como punto número uno, pero no puedo enfatizar lo suficiente qué tan esencial es esto. Tu relación va a transicionar y, aunque no vas a perder a la persona, varias dinámicas sí van a tener que cambiar o dejar de existir.
  • Conozcan a la nueva persona como pareja (o sea, los tres juntos), pero también tomen tiempo para conocerle uno a uno. Si te da miedo que tu pareja se vaya con el otro si un día van a tomar un cafecito, ¡imagínate cómo te vas a sentir el día que te digan que quieren irse de viaje una semana! Respeta y atiende la agencia de todos los involucrados.
  • Toma precauciones para no caer en relaciones abusivas o violentas a partir de usar la jerarquía como un arma para conservar “tu relación principal”.
  • Diviértete, disfruta la experiencia y conoce una nueva faceta de ti mismo. Recuerda que esto lo estás haciendo para sentirte bien y ser feliz. Si te la pasas sufriéndolo, detente y reevalúa qué es lo que necesitas.
Si eres la persona que llega a una relación establecida.
  • Considera todos los puntos anteriores pero acerca de tu relación contigo mismo. Puede sonar extraño e inusual, pero es importante que consideres si la dinámica que tienes contigo es compatible con construir todas las relaciones que mencioné al principio del artículo.
  • Ten en cuenta que es muy común sentirse secundario aún cuando no haya una jerarquía en la pareja original. Ahí no sólo es el trabajo de la pareja para incluirte y considerarte, sino que tú también puedas posicionarte en el lugar que necesitas.
  • Otras ideas intrusivas que pueden hacer difícil el sentirte parte de la relación son los mitos del amor romántico. Recuerda que esta relación no se va a ver como todas esas que hemos visto en las telenovelas y en Disney (honestamente, para mí eso es un plus). Tú puedes decidir cuáles de esas ideas te sirven, pero tiene que ser algo intencional.
  • Diviértete, disfruta la experiencia y conoce una nueva faceta de ti mismo. Recuerda que esto lo estás haciendo para sentirte bien y ser feliz. Si te la pasas sufriéndolo, detente y reevalúa qué es lo que necesitas (ya sé que está arriba, pero es de lo más importante que te puedo decir).
Todos hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos

A fin de cuentas, irás construyendo tu relación y descubriendo qué te sirve y qué no. Puede que todo esto te haya hecho sentido o simplemente te parezca ajeno. Yo he aprendido a actuar con compasión hacia mí mismo, sabiendo que a veces no cuento con las herramientas necesarias para hacerlo mejor. Y está bien. Puedo validar cómo me siento, reparar y aprender para hacerlo diferente la siguiente vez.

Para empezar a explorar qué tipo de relación quieres, puedes revisar mi libreta digital de práctica “Diseñando tu relación”.

1 Comentario

  1. Muy bueno el artículo, definitivamente me va como anillo al dedo en mi situación actual. Triada gay. Una pareja de 21 años juntos ambos de 45-46 años con un chico de 27. Obivamente fue la sensación, el problema? pues el chico mostraba un apego muy fuerte únicamente con uno de nosotros (mi pareja). Yo no soporté y di por terminada la triada, casi antes de comenazarla. Triste porque realmente tenía ganas y ambos me gustan mucho, pero si yo no le gusto tanto al tercero, para qué hacernos tonto? o habrá esperanza? Lo resumo como la mejor y peor experiencia de mi vida.


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