Popularmente, se confunde la “codependencia” con buscar que alguien satisfaga tus necesidades de conexión, atención, sexo y apapacho. ¡Como si esto fuera algo sin lo que se pudiera vivir! Aún así, vemos como “intensas” a las personas que buscan esta conexión y se alaba a aquellas que son independientes y no “necesitan a nadie”. Si tengo a dos personas, una de ellas se siente triste cuando la persona que ama se va por un tiempo y la otra ni cuenta se da, ¿quién tiene el apego más sano?
Spoilers: eso no es un factor determinante.
Apego Seguro ¿Qué es?
Si no has leído Polysecure de Jessica Fern (y estás cómodo leyendo en inglés), ve a comprarlo en cuanto termines de leer este artículo. Ella dedica todo un libro al concepto, yo sólo voy a explicar la idea en general.
Cuando la gente escucha apego seguro, se imaginan que es alguien independiente emocionalmente, no siente celos ni inseguridad, está relajado y zen todo el tiempo y, además, emana algún tipo de luz divina. Como te imaginarás por el sarcasmo con el que escribí eso, esa idea es completamente errónea. Para empezar, no es que una persona tenga apego seguro y ya, sino que el concepto se refiere a las relaciones que tenga. En otras palabras, una persona puede tener dos relaciones, una con apego seguro y otra con apego inseguro. Es más, ni siquiera es algo permanente.
Yo tengo una relación con apego seguro cuando cuento con las herramientas suficientes para lidiar con la amenaza que presenta saber que el objeto de mi afecto y seguridad se ausenta. Esto no implica que no sienta nada. De hecho, se espera que me sienta amenazado o temeroso, ¡literalmente estoy perdiendo una fuente de seguridad y amor! Lo importante es que sea capaz de pedir lo que necesito, atender mis necesidades y encontrar alternativas para lidiar con la situación.
Una persona cuyo vínculo se retira y dice “pues equis, si se va no me importa”, me suena más a que tenga apego evitativo. Este apego se caracteriza por evitar tener cercanía y “resignarse” a que, de todos modos, el vínculo afectivo no es confiable y se va a perder, así que mejor ni le hago al cuento. Por otro lado, a lo que muchos le llaman erróneamente “codependencia” puede ser más un apego ansioso, donde necesito que mi vínculo me dé seguridad constantemente porque siento que puedo perderlo en cualquier momento.
¿Puedes hacer un quiz para conocer tu tipo de apego predominante? Sí. ¿Sirve de mucho? Pues no porque, nuevamente, depende de tu relación con la persona y cómo se desarrolle. ¡Y varía de relación a relación! Puedes tener un apego seguro con tu mejor amigo y uno ansioso con tu otro mejor amigo.
Politip: No hagas de esto un arma. Nada de esto es para que vayas a decirle a tu pareja “¿ves cómo si tienes broncas y tienes que cambiar cómo eres?”. Recuerda que yo no soy nadie para decirle a otra persona cómo vivir. Si no me satisface tu forma de amar, el que tiene que cambiar soy yo.
¿Quiero una relación de apego o una conexión segura?
En la monogamia tradicional, el amor y la intimidad están bastante monopolizados. Se espera que cierto nivel de afecto esté reservado exclusivamente para tu pareja. Ya en círculos de relaciones éticas (incluyendo a la monogamia ética), están surgiendo alternativas como los amigos queer platónicos (QPR), con quienes se puede tener cercanía, amor y hasta sexo sin esperar construir una relación romántica.
“A ver Jaime, pero sí ya se abrazan, se besan, tienen sexo y se aman, pues ya son novios, ¿no?”, pensarás tal vez.
Aquí regreso a la maravillosa Jessica Fern que habla de dos tipos diferentes de relaciones/conexiones: relaciones basadas en apego y conexiones seguras.
En pocas palabras, podemos buscar relaciones que satisfagan nuestras necesidades de apego (armonización emocional, respuesta cálida y contacto físico). Popularmente estos serían los “novios” o “parejas”, porque se vuelven vínculos confiables en los que podemos depender cuando lo necesitamos. Jessica Fern describe este tipo de
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