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Acepto términos y condiciones

Si vamos a salir, te aviso que soy súper posesivo, celoso, inseguro, ansioso, obsesivo y me levanto a las 6 de la mañana los domingos. ¿Le entras?

La respuesta de uno enamorado, intoxicado, es inmediatamente “acepto términos y condiciones”. En esa condición, no hay nada que nos parezca inaceptable o loco. Además, el amor todo lo puede, ¿no? Ya que estemos juntos, va a cambiar porque nadie lo ha amado como yo lo amaré.

Las letras pequeñas

Cuando empiezas una relación, ¿qué tanto te detienes a ver si lo que estás aceptando es lo que quieres? En las relaciones monógamas tradicionales, este contrato se considera tan obvio y estructurado, que no parece necesario ver las cláusulas. ¡De todos modos no hay de otra!

Yo enamorado he aceptado cosas como:

1. Te amaré incondicionalmente

2. Sólo tendré relaciones sexuales contigo

3. Tú serás el dueño de mi tiempo libre

4. No te dejaré por ninguna razón porque es amor verdadero y eterno

Lo que nunca consideré fueron las sub-cláusulas:

1.1. Aunque tu lenguaje para expresar amor y el mío no sean compatibles

1.2. Aunque mis necesidades de sentirme amado no estén cubiertas

2.1 Aunque siga sintiendo atracción sexual por otras personas

2.2. Aunque nuestra sexualidad sea dinámica y eventualmente pueda tener episodios de menos compatibilidad

3.1 Aunque eso signifique que no vea tanto a mis amigos y tenga menos tiempo para mis propios hobbies

4.1 Aunque cuando pase la intoxicación me dé cuenta de que tenemos proyectos de vida y percepciones fundamentalmente incompatibles

Escribiendo el contrato juntos

Cuando empiezas una relación poliamorosa, debes estar muy consciente de que pasarás mucho del tiempo con esa persona hablando y negociando. No hay un camino a seguir y mucho de lo que sabías de la monogamia no aplica. Es necesario hablar de qué significa compromiso para cada uno de los integrantes, qué esperan y cómo les gustaría que sus necesidades sean satisfechas, cuándo, dónde y cómo se verán.

El contrato lo escriben juntos, sabiendo que sólo es un plan descriptivo de la situación actual con los participantes que se encuentran en ese momento. En el futuro, es altamente probable (casi seguro) que ese contrato tendrá que irse modificando. Puede que lleguen nuevos vínculos, puede que sus necesidades cambien o simplemente que quieran explorar algo diferente.

La clave para que tu relación poliamorosa sea lo más efectiva posible es la flexibilidad.

¿Y para los monógamos?

¡También! Una relación monógama no tiene que dar por hecho los significados y puede decidir que ambos integrantes construirán la forma en como será su relación. Todo se vale siempre y cuando todos los involucrados den su consentimiento informado y honesto.

Asumimos que la base de una relación monógama es la exclusividad sexual. Prácticamente todo es perdonable siempre y cuando ese elemento se respete. Pero, ¡qué bonito sería que cada pareja se sentara a platicar de qué necesitan y cómo pueden trabajar en equipo para construir su felicidad juntos!

Al menos, creo que sería importante que se aseguren de que tienen la misma definición de sexo. No vaya a ser que violan alguna cláusula por problemas de significado.


¡Poli-pregunta!

¿Qué es sexo para ti?

Sonará muy obvio pero cuando dices “tuve sexo con alguien”, ¿te refieres a contacto genital solamente? ¿Qué pasa si se mantienen vestidos pero pasan toda una tarde en la cama besándose y abrazándose? ¿Qué pasa si nadie tiene un orgasmo?

Este es uno de esos conceptos que deben quedar bien claros en cualquier tipo de relación. No asumas que tu pareja entiende lo mismo sólo porque para ti es obvio. Antes de hablar de fidelidad, ¡hay que asegurarnos de que hablamos de lo mismo!


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