Desenredándote en una relación codependiente sin soltar a tu pareja.

«Y, ¿cómo empiezo?» es de las preguntas que más frecuentemente escucho cuando alguien se interesa por entrar al poliamor. Es común pensar que lo más importante es asegurarte de que no tengas celos o de que tu relación esté lo suficientemente sólida para resistir el cambio.

Resulta que no es eso.

El paso que más nos saltamos cuando abrimos una relación

Recientemente me compartieron un artículo escrito por Polyamory School acerca de este tema precisamente. Entre todo lo que comentan, me gustaría empezar con tres lecciones que consideran debemos aprender:

  1. Aún si tengo tiempo solo, sigo siendo amado.
  2. No voy a hacerme bolita y morirme porque me dejan solo.
  3. Tener vidas individuales nos hace personas más interesantes y eso refuerza nuestra relación.

Para aquellos de nosotros que empezamos desde una relación monógama o que simplemente no conocemos otras formas de relacionarnos, es muy fácil enredarnos en nuestras relaciones de pareja. Según Polyamory School, la monogamia es un suelo muy fértil para sembrar codependencia. ¿Está mal? No. ¿Sirve para ser poli? Tampoco.

De codependencia, romance y vidas fusionadas

Para muestra, un botón. En la relación que tengo con mi pareja (con quien vivo), hemos dormido separados un total de ocho veces en casi seis años. Nos hemos bañado separados menos de quince. Siempre me ha parecido increíblemente romántico ya que para mí eso demostraba todo el interés y la necesidad que teníamos de estar juntos.

Para algunos de ustedes, eso puede ser algo espeluznante. Habrá quien diga de manera experta y elocuente «eso es un claro signo de codependencia«.

Siempre he pensado que en las relaciones humanas todo se vale siempre y cuando todos los involucrados den su consentimiento informado y no haya ningún tipo de coerción. Habemos quienes disfrutamos mucho de vidas fusionadas y habrá quien necesite mantener esferas privadas e independientes. Ninguna es mejor porque todos tenemos necesidades diferentes.

El punto está en que esto debe ser flexible. Cuando se empieza una relación poliamorosa, hay que saber que es imposible tener una relación tan enredada. Hay que dejar algunos hilos para los vínculos que se vayan agregando.

Guía paso a paso

En poliamor y en las relaciones humanas no hay guías paso a paso que sean efectivas para todos siempre. Dicho eso, el artículo de Polyamory School tiene una propuesta maravillosa que, si bien no es una panacea, considero extremadamente útil.

Para desenredarte antes de abrir tu relación, puedes hacer lo siguiente:

Paso 1: Elige una noche y vete.

Cada uno de ustedes debe elegir una noche específica de la semana para salir. Las condiciones son que no pueden ir juntos y no pueden elegir la misma noche. Por el momento, limítate a actividades lúdicas que no incluyan salir con alguien románticamente. Puedes ir al cine, a tomar un café, al karaoke, al teatro o a caminar. Si esto es fácil o después de hacerlo algunas veces, intenta no preguntarle a dónde va hasta que regrese.

Paso 2: Cambia a una noche al azar

Igual y hasta un día del fin de semana. Por el momento, ¡aún no hagas citas románticas! Esto ayuda a que se vayan acostumbrando a pasar tiempo separados sin que eso amenace su relación o su intimidad.

Paso 3: Invítense a tener citas

Ahora que hay noches en las que cada uno de ustedes tiene tiempo para sí mismo, se deja de obviar que pasarán tiempo juntos. Las noches de rutina donde van de cenar a ver Netflix a la cama a dormir se están volviendo más esporádicas y es posible que haya cosas que quieran compartir. Tal vez en una de tus salidas encontraste un lugar que sabes que le gustaría a tu pareja… ¡invítalo a salir! Pregúntale qué día le queda mejor y hagan un plan. Ya no es un «ah, el viernes vamos a hacer esto» sino «me gustaría salir contigo el viernes, ¿cómo ves?».

Esto es un gran cambio. Ya no asumen que estarán juntos y su tiempo se vuelve más intencional y de calidad.

Paso 4: Ahora Y SÓLO AHORA salgan con otras personas en plan romántico

Vayan lento. Esto es un proceso que debería tomar varias semanas. Tómense su tiempo que nadie los está correteando. Puede ser empezar con una noche a la semana para salir con alguien y después de un par de meses empezar a incrementar el número.

Ojo! Esto sólo es una guía y recuerden que las personas en la relación son más importantes que los acuerdos y la relación en sí. Hay que comunicarse mucho y platicar cada paso que se da. Es válido regresarse un paso o poner pausa al proceso. Todo es válido siempre y cuando todos los integrantes estén de acuerdo.

Dos individuos compartiendo su vida

En pocas palabras, volver a ser personas independientes puede abrir un mundo completamente nuevo para su relación. Esa persona que conociste, independiente de ti, es de la que te enamoraste. Es hermoso compartir una vida, un espacio y planes – es hermoso poder hacerlo con otra persona que tiene cosas que aportar y compartirte.

School, P. (2017, June 27). The Most Skipped Step When Opening a Relationship. Retrieved October 15, 2019, from https://medium.com/@PolyamorySchool/the-most-skipped-step-when-opening-a-relationship-f1f67abbbd49?sfns=mo.

Acepto términos y condiciones

Si vamos a salir, te aviso que soy súper posesivo, celoso, inseguro, ansioso, obsesivo y me levanto a las 6 de la mañana los domingos. ¿Le entras?

La respuesta de uno enamorado, intoxicado, es inmediatamente “acepto términos y condiciones”. En esa condición, no hay nada que nos parezca inaceptable o loco. Además, el amor todo lo puede, ¿no? Ya que estemos juntos, va a cambiar porque nadie lo ha amado como yo lo amaré.

Las letras pequeñas

Cuando empiezas una relación, ¿qué tanto te detienes a ver si lo que estás aceptando es lo que quieres? En las relaciones monógamas tradicionales, este contrato se considera tan obvio y estructurado, que no parece necesario ver las cláusulas. ¡De todos modos no hay de otra!

Yo enamorado he aceptado cosas como:

1. Te amaré incondicionalmente

2. Sólo tendré relaciones sexuales contigo

3. Tú serás el dueño de mi tiempo libre

4. No te dejaré por ninguna razón porque es amor verdadero y eterno

Lo que nunca consideré fueron las sub-cláusulas:

1.1. Aunque tu lenguaje para expresar amor y el mío no sean compatibles

1.2. Aunque mis necesidades de sentirme amado no estén cubiertas

2.1 Aunque siga sintiendo atracción sexual por otras personas

2.2. Aunque nuestra sexualidad sea dinámica y eventualmente pueda tener episodios de menos compatibilidad

3.1 Aunque eso signifique que no vea tanto a mis amigos y tenga menos tiempo para mis propios hobbies

4.1 Aunque cuando pase la intoxicación me dé cuenta de que tenemos proyectos de vida y percepciones fundamentalmente incompatibles

Escribiendo el contrato juntos

Cuando empiezas una relación poliamorosa, debes estar muy consciente de que pasarás mucho del tiempo con esa persona hablando y negociando. No hay un camino a seguir y mucho de lo que sabías de la monogamia no aplica. Es necesario hablar de qué significa compromiso para cada uno de los integrantes, qué esperan y cómo les gustaría que sus necesidades sean satisfechas, cuándo, dónde y cómo se verán.

El contrato lo escriben juntos, sabiendo que sólo es un plan descriptivo de la situación actual con los participantes que se encuentran en ese momento. En el futuro, es altamente probable (casi seguro) que ese contrato tendrá que irse modificando. Puede que lleguen nuevos vínculos, puede que sus necesidades cambien o simplemente que quieran explorar algo diferente.

La clave para que tu relación poliamorosa sea lo más efectiva posible es la flexibilidad.

¿Y para los monógamos?

¡También! Una relación monógama no tiene que dar por hecho los significados y puede decidir que ambos integrantes construirán la forma en como será su relación. Todo se vale siempre y cuando todos los involucrados den su consentimiento informado y honesto.

Asumimos que la base de una relación monógama es la exclusividad sexual. Prácticamente todo es perdonable siempre y cuando ese elemento se respete. Pero, ¡qué bonito sería que cada pareja se sentara a platicar de qué necesitan y cómo pueden trabajar en equipo para construir su felicidad juntos!

Al menos, creo que sería importante que se aseguren de que tienen la misma definición de sexo. No vaya a ser que violan alguna cláusula por problemas de significado.


¡Poli-pregunta!

¿Qué es sexo para ti?

Sonará muy obvio pero cuando dices “tuve sexo con alguien”, ¿te refieres a contacto genital solamente? ¿Qué pasa si se mantienen vestidos pero pasan toda una tarde en la cama besándose y abrazándose? ¿Qué pasa si nadie tiene un orgasmo?

Este es uno de esos conceptos que deben quedar bien claros en cualquier tipo de relación. No asumas que tu pareja entiende lo mismo sólo porque para ti es obvio. Antes de hablar de fidelidad, ¡hay que asegurarnos de que hablamos de lo mismo!


El tóxico no eres tú…

No, tampoco es tu pareja, si es lo que esperabas encontrar aquí. Se ha vuelto muy común usar la palabra “tóxico” para hablar de cosas que consideramos no deberían ser o simplemente que no nos hacen felices.

¿Qué es ser tóxico?

En internet todos somos expertos en salud mental y relaciones sanas. Sólo con entrar a Facebook y publicar un problema, tendrás decenas de comentarios de todos aquellos que saben exactamente qué hacer y qué no hacer. Los memes de dejar tu “ex tóxico” abundan y todos nos reímos porque sabemos exactamente a qué se refiere. ¿Cierto? ¿Crees que tu definición de tóxico sea la misma que la de las demás personas?

Como profesional de la salud mental, más de una vez me he encontrado con personas que me piden validar su definición de toxicidad. Yo sólo los veo y les pregunto qué es toxicidad para ellos. Por más sorprendente que parezca, ni en la universidad ni en la maestría tuve una materia que se llamara “relaciones tóxicas 101: cómo identificarlas y qué hacer con ellas”.

Lo que sí puedo decir es que yo no creo que existan las personas tóxicas.

¿Toxicidad o incompatibilidad?

Veamos un ejemplo de una relación “tóxica”: A y B son pareja y tienen una discusión. A insiste que deben platicar en ese momento para resolver el problema y se rehusa a dejarlo ir. B se retrae y busca un espacio para pensar y evitar que el conflicto siga.

¿Quién es la persona tóxica?

Yo me atrevo a decir que ninguna de las dos. Más que hablar de personas tóxicas, prefiero pensar en relaciones incompatibles. Es como si nos emparejáramos al azar, sin siquiera considerar quién es la otra persona.

Para empezar, se piensa en el enamoramiento como si fuera una maldición. Te gusta alguien, te enamoras de esa persona y ya. No tienes opción. No importa si sus vidas, su forma de ser y sus necesidades son compatibles. Las películas y la sociedad nos enseñan que si es “verdadero amor”, nada de eso es esencial. Además de que estamos intoxicados y todo lo que la otra persona hace es perfecto y hermoso. El problema está cuando eso no sucede y nos quedamos pensando que tenemos una falla fundamental.

¿Demandante o amoroso?

Durante gran parte de mi vida adulta, me describí como una persona demandante, encimosa y codependiente. Frases como “pides demasiado apapacho”, “no podemos estar pegados todo el tiempo” y “si no te mando mensaje un día, no es que no te quiera, no exageres” eran comunes. Por supuesto, comencé a pensar que yo tenía un gran arsenal de actitudes tóxicas que necesitaba cambiar.

Y entonces conocí a alguien que ama ir de la mano conmigo a todos lados. Alguien con quien siempre estamos abrazados cuando estamos en casa. Alguien que me dice que me ama cada que puede, me dice lo mucho que le gusto y me demuestra su cariño de muchas maneras diferentes. Lo mejor de todo, es alguien que disfruta todo eso y lo recibe como amor y atención, no como algo fastidioso.

De pronto mi ser “demandante y codependiente” se volvió ser “amoroso y atento”. No cambió nada de cómo me manejo, simplemente encontré a una persona que es compatible con mi forma de expresar y recibir amor.

Y entonces entendí que esa persona que me decía esporádicamente que me quería, que no quería estar en contacto físico todo el tiempo y que no necesitaba que nos habláramos todo el tiempo, no era tóxica. Seguramente tenía mil maneras de demostrarme su amor y cariño, sólo que yo no lo recibía así.

Relaciones tóxicas

Tú tienes derecho a estar con alguien que cubra tus necesidades y te haga sentir amado y acompañado. El punto está en que la persona que estás no tiene que adaptarse a eso, más bien es encontrar a alguien para quien ser así sea natural. Hay que hacer del amor algo menos azaroso y más intencional.

Si te gusta alguien y te enamoras, puedes disfrutar de la intoxicación que da esos sentimientos. Si esa persona y tú no hablan el mismo lenguaje, probablemente se vuelva “tóxica”, pero no es porque tú o esa persona sean malvados o busquen hacerse daño; sólo no son compatibles.