
Imagínate decirle a alguien, “Te amo y quiero construir algo contigo, pero sólo en lo que encuentro lo que estoy buscando. Ya que llegue, veré cómo me acomodo y determinaré qué tipo de relación me queda contigo, ¿va?”.
Imagínate decirle a alguien, “Te amo y quiero construir algo contigo, pero sólo en lo que encuentro lo que estoy buscando. Ya que llegue, veré cómo me acomodo y determinaré qué tipo de relación me queda contigo, ¿va?”.
La famosa y legendaria responsabilidad afectiva. La equiparo un poco al santo grial que se dice te puede llenar de gozo y felicidad, pero que frecuentemente es el centro de guerras y batallas donde mucha gente sale herida. Mucha. Sucede que es un término que se lanza de un lado a otro, a veces como un requisito para ser "buen poliamoroso", a veces como un arma para castigar y juzgar a otros y, de pronto, como una herramienta para poder amar más éticamente.