Abriendo tu relación éticamente (antes de que te explote en la cara)

Antes de hablar de relaciones abiertas, primero tenemos que llegar a un acuerdo acerca de una palabra obscura, escondida y tabú: sexo. Y no es sólo cuestión de poder entendernos y saber que compartimos la misma definición, también es importante ubicar qué valor tiene para nosotros y cómo nos mueve.

Durante toda mi vida, mi mundo me enseñó que el sexo tiene un objetivo principal: demostrar amor a una persona muy especial. Y ya. No había otra razón. Además, siendo un hombre homosexual, tener sexo para reproducirme estaba completamente fuera de la discusión.

Abriendo la relación como una bolsa de gomitas sin abre fácil

¿Ubicas esa experiencia? Quieres abrir un paquetito de algo que no se deja y, cuando lo logras, se rompe la bolsa y explota todo el contenido por todos lados. Si te va bien, quedan algunos dulces adentro que puedes comer pero también tienes la frustración de que no era lo que esperabas, tienes que limpiar el desorden y tirar a la basura pedazos de tu relación que pensabas que podrías disfrutar mucho. Ah, ¿dije relación? Quise decir gomitas.

La primera vez que consideré abrir una relación, me pasó algo similar. Sentía muchos celos y necesidad de poseer a mi pareja para asegurarme de que me amaría A MÍ por siempre. Al mismo tiempo, estaba esta parte racional que me decía lo absurdo que era pensar que sólo por tener sexo con alguien, perdería algo importante en mi relación; sólo para que ese mismo argumento fuera seguido de un latido fuerte de mi corazón y la firme creencia de que el sexo es algo que hago con alguien que amo.

Esta constante batalla en mi interior no me permitió disfrutar las pocas ocasiones en las que nos permitimos estar sexualmente con alguien más. ¡Ah!, porque, por supuesto, sólo lo hacíamos juntos, donde pudiéramos vigilarnos y asegurarnos de que no pasara nada que no estuviera acordado.

¡Debe haber una mejor manera!

Así como la bolsa de gomitas se pudo salvar si hubiera sido paciente para planear la mejor forma de abrirla, las relaciones pueden sufrir enormemente por creer que urge que suceda. Esta necesidad de que suceda ya puede venir de varios lugares:

En todas esas opciones, la decisión se está tomando para huir de algo desagradable. El resultado son relaciones lastimadas, forzadas y básicamente sacrificadas en nombre de una idea que no tiene el bienestar de los integrantes como principal objetivo.

¿Cómo abro mi relación éticamente?

El primer paso, antes de planteárselo a tu pareja, es saber para qué quieres abrir tu relación y ser completamente honesto contigo mismo. Piensa que cualquier razón es válida porque es tuya. Desde querer algo de novedad en tu vida sexual hasta el simple hecho de tener ganas.

No es necesario que justifiques tus deseos con bases biológicas explicando que somos animales sexuales; o con una teoría de sociedades en el mundo, haciendo una cartulina para explicarle a tu pareja que hay civilizaciones donde así se hace.

El simple hecho de que lo quieras hacer es razón suficiente.

El segundo paso es entender la diferencia entre reglas, acuerdos y límites. Esto es importante para poder ser lo más claro posible en tu petición y expectativas. Te recomiendo revisar los artículos para cada uno de esos elementos dándole click a esas palabras.

Una de las razones por las cuales este paso es esencial es para evitar poner reglas no éticas que compliquen el proceso después. Un ejemplo muy popular es el /sí podemos hacerlo pero no me quiero enterar de que lo haces/. El problema con esta regla es que orilla a la relación hacia un lugar deshonesto. Es altamente probable que un día le preguntes a tu pareja /¿cómo te fue hoy, mi amor, qué hiciste?/ y tenga que omitir que pasó un par de horas en un hotel.

En lugar de huir de lo desagradable, se puede caminar hacia la intimidad. Más que decir /no quiero saber/, es una buena oportunidad para explorar qué es lo que te mueve. Juntos pueden atender esa necesidad y crecer como pareja.

Hablando con tu pareja

El tercer paso es establecer y aclarar las necesidades de cada uno y de la relación. ¿Qué necesita cada quien en este momento? ¿Qué necesita su relación? Aquí es imperativo que sean completamente honestos. Platiquen sus miedos y sus expectativas.

Ejemplo:

  • A: Me da miedo que te enamores de alguien más
  • B: ¿Qué te da miedo que suceda si me enamoro de alguien más?
  • A: Que dejes de amarme a mí
  • B: ¿Qué puedo hacer para que te sientas amado por mí? ¿Cómo podemos, juntos, hacer algo para que te sientas más seguro antes de abrir la relación?

Cuarto paso, especificar acuerdos y límites (no reglas). Debido a que no estamos hablando de una relación poliamorosa, es posible establecer acuerdos donde se mantenga el bienestar de la pareja principalmente. Y no puedo repetirlo lo suficiente, hay que ser extremadamente claros y específicos.

  • Acuerdo vago: Podemos tener sexo con quien sea
  • Acuerdo específico: Podemos tener sexo con personas desconocidas, conocidos y familiares del otro.

¿Te hizo ruido el último punto? Precisamente por eso hay que hacer esto con calma y darse tiempo para explorar lo que nos mueve. Al decir puedes tener sexo con quien sea, existe la posibilidad de que ese “quien sea” incluya a tu ex o a tu hermano. Si esto te incomoda, puedes platicarlo con tu pareja.

Finalmente, el último paso es trabajar en sus herramientas de comunicación para poder atender lo que vaya surgiendo. Recuerden que los acuerdos son flexibles y pueden ser renegociados en cualquier momento. Si algo no funciona, es necesario que todo se detenga inmediatamente y se den el tiempo de poder platicar nuevamente para entender qué es lo que necesita cada quien.

El viernes 29 de mayo, estaré en vivo platicando con mi pareja con quien llevo 6 años acerca de cómo llevamos a cabo este proceso. Platicaremos nuestra experiencia, las complicaciones que tuvimos, cómo lo resolvimos y estaremos respondiendo las preguntas que vayan surgiendo. Si quieres verlo, ¡sígueme en @gotitasdepoliamor en Instagram!

Que dice que siempre no: Parte 2 – No tuvimos sexo, sólo fajamos

Estás con tu pareja y llegan al acuerdo de que tendrán exclusividad sexual en su relación. Ambos quedan contentos y seguros, sabiendo que pidieron lo que necesitan y lo obtendrán. Un día, te enteras de que tu pareja tuvo un faje con alguien en el antro y te sientes despechado, traicionado y burlado. ¡Claramente habían quedado que eso no sucedería! Evidentemente, tu pareja violó el acuerdo.

Pues, ¿qué crees?

Ay, nomás fue un besito

Cuando se llegó al acuerdo se establece que no tendrán sexo con nadie más. Aquí el problema es que, probablemente, no se detuvieron a pensar si comparten la misma definición de sexo. Y ya te escuché, querido lector, diciendo ¡pero si es súper obvio! ¡el sexo es sexo!

Pero, ¿un beso es sexo? ¿qué tal una caricia en el cuello? Si tu pareja está con alguien en la cama, abrazados, viéndose a los ojos, escuchando sus corazones palpitar y acariciando sus manos, sus labios y su cara durante horas, ¿es sexo? Por otro lado, si tiene coito con otra persona que le es completamente indiferente y no lo disfruta, es más, ni siquiera llega al orgasmo, ¿es sexo? Y si lo es, ¿son lo mismo?

No. No es obvio.

Uno de los principales enemigos de la comunicación asertiva es esta idea de asumir que las cosas son obvias para el mundo porque lo son para mí. Hay que considerar que, aunque todos hayamos crecido en el mismo mundo, las costumbres, ideas y maneras de pensar que aprendemos en nuestra vida nunca serán las mismas. Aún hermanos que vivieron en la misma casa toda su vida experimentan la vida desde un punto de vista individual.

Veamos un ejemplo sencillo. Para ti, ¿qué es una silla? Es obvio, ¿no? Una silla es una silla. A cualquier persona que le muestres una silla te lo podrá confirmar. Pero, ¿qué hace que la silla sea una silla? Si hay una variación en el número de patas, el tamaño, el material, ¿sigue siendo una silla? Si no me puedo sentar en ella porque se le rompió una pata, ¿deja de ser silla?

Espero que no te hayas detenido para ir a buscar la definición en el diccionario. Si lo hiciste, déjame decirte que no te va a ayudar en nada. Aquí lo importante es entender que existe más de una forma de ver el mundo y que la tuya no es la única ni necesariamente la mejor.

El bache en la comunicación sucede cuando asumimos que todo es como nosotros creemos e invalidamos la experiencia del otro. Además, si yo asumo que el otro entiende, recae en esa otra persona la responsabilidad de interpretar. Y ¡ay de él que piense algo diferente a lo que yo!

Entonces, ¿cómo nos entendemos?

Si todos tenemos significados diferentes, ¿cómo es que podemos entendernos? Preguntando. En nuestra sociedad tenemos un conjunto de significados comunes que nos permiten interactuar. Si te mudas a un lugar nuevo, probablemente tengas que aprender que hay palabras inofensivas para ti que son ofensas para los habitantes de ahí. Y aunque muchas cosas pueden darse por hecho, hay que ubicar cuáles no.

No hay una lista específica de conceptos que tengas que checar con tu pareja para evitar conflictos por presunción debido a que cada relación es un mundo. Lo que sí puedes hacer es enfocarte en aquellas cosas que son importantes para ustedes, las áreas donde surjan conflictos y todo lo que tenga que ver con mis expectativas. Antes de asumir que no son compatibles porque no se pueden poner de acuerdo con el desayuno rico, primero siéntense a platicar qué es un desayuno rico para cada quien.

Y no, no hay una forma de hacer las cosas «bien»

Un detonante infalible para empezar una buena discusión (de esas donde empiezas hablando de que estás incómodo por algo y terminas peleando porque siempre dejas los zapatos en la entrada) es decirle a la persona que es inútil, incapaz e ineficiente. Un ataque de ese tipo evidentemente se vuelve un problema inmediato, ¡imagínate tratar de actuar con ecuanimidad cuando tu pareja prácticamente te dice que eres un estúpido!

Y aquí podrás decir yo nunca le diría eso a alguien que amo y probablemente tengas razón, nunca se lo dirías con esas palabras. Sin embargo, tal vez te has encontrado diciendo algo como no acomodaste los trastes bien.

Aquí un tip: En lugar de decir que las cosas no se hicieron «bien», intenta decir «como a mí me gustan». Es completamente válido que tú prefieras que la ropa esté acomodada por colores y tipos de prenda. También es válido que no entiendas cómo es que tu pareja puede vivir dejando la ropa en el sillón y tomando la que vaya a usar (con un par de olidas para revisar que esté usable) pero, por más extraño que parezca, ninguna de las dos es la manera «correcta» de acomodar la ropa. Puedes comunicar tu necesidad diciendo yo prefiero que las cosas se hagan de esta forma, ¿podrías hacerlo así?, sabiendo que es posible y aceptable que tu pareja te diga no.

Revisa las letras chiquitas antes de acceder

Es muy común decir sí a todo al entrar a una relación como si fueran los términos y condiciones de iTunes (¿sabías que estos últimos explícitamente te prohiben utilizar iTunes para hacer armas nucleares?). Lo importante es saber que puedes ir renegociando y conociendo la relación sobre la marcha también. Sobre todo, que puedes retirar tu consentimiento o renegociar los términos en el momento que tú quieras. Si accediste a algo y después recibes información nueva, es completamente valido reevaluar si quieres continuar, si necesitas algún cambio o definitivamente detenerte.

Aquí te dejo algunas áreas en las que comúnmente surgen conflictos por no compartir significados (y no preguntar antes).

  • Sexo
    • ¿Qué implica ‘tener sexo’ para ti?
    • ¿Qué significa el sexo para ti en una relación?
    • ¿Qué tan importante es el sexo para ti?
    • ¿Con qué frecuencia necesitas/deseas tener sexo en tu relación?
  • Amor
    • ¿Cómo te gusta recibir amor?
    • ¿Cómo expresas amor?
    • ¿Hay jerarquía en el amor para ti?
    • ¿Qué necesitas para sentirte amado?
  • Intimidad
    • ¿Qué es la intimidad para ti?
    • ¿Con quién compartes intimidad?
    • ¿Hay diferentes grados de intimidad?
  • Fidelidad
    • ¿Qué es fidelidad para ti?
    • ¿La fidelidad sexual es lo mismo que la exclusividad sexual para ti?
      • Referirse al primer punto para saber qué implica
    • ¿Qué implica ser fiel para ti?
    • ¿Cómo manejarías una infidelidad?
  • Ser escuchado
    • ¿Cómo es ser escuchado para ti?
    • ¿Qué acciones observables puede hacer el otro para que te sientas observado?
  • Privacidad
    • ¿Qué es para ti la privacidad?
    • ¿Qué tan importante es y cómo la ejerces?
    • ¿Qué áreas de tu vida te gustaría compartir?
    • ¿Qué áreas de tu vida te gustaría tener sólo para ti?

¿Qué otras áreas de conflicto conoces que se relacionen con incompatibilidad de significados?