Llegas con tu pareja y le dices que quieres platicar de algo que te molesta. Tu intención más amorosa es encontrar una solución de la mejor manera para evitar un conflicto mayor. De pronto, sin entender en qué momento sucedió, tu pareja te dice que no quiere seguir hablando de eso y se va. Tú te quedas pasmado y lo sigues diciendo ¡no lo vamos a dejar así!. A fin de cuentas, claramente hay un conflicto que se tiene que resolver, ¿no?
Tal vez sepas qué pasa después. Esto sucede muy frecuentemente cuando un pursuer (el que busca) tiene un conflicto con un withdrawer (el que se retira).
¿Te busco o me retiro?
En el episodio 228 del podcast de Multiamory, exploran a detalle estas dos formas de atender un conflicto. El punto principal que mencionan, desde mi punto de vista, es que ambos estilos son válidos y ninguno es mejor que el otro. Para entender esto, es necesario recordar qué es lo que busca una persona cuando se acerca a otra para resolver un problema:
- Cercanía
- Conexión
- Cuidarse y cuidar la relación
Así de sencillo. Lo complicado es que no todos hablamos el mismo idioma y no todos procesamos igual lo que nos sucede. Vamos a ver cada uno de estos dos estilos, por qué hacen lo que hacen y de dónde viene. Sólo recuerda, ninguno es mejor que el otro.
Pursuers: Los que buscan
Estos somos esas personas que no podemos dejar algo ir. Al encontrarnos ante una situación incómoda o un conflicto, queremos resolverlo y no pensamos retirarnos hasta encontrar la solución. Por supuesto, esto implica que nuestra pareja está involucrada en el proceso. Tendemos a hacer preguntas como ¿está todo bien?, ¿pasa algo? y te noto raro, ¿qué sucede? ya que obtenemos seguridad a partir de las palabras de afirmación y la cercanía física.
En un extremo, somos los que reclamamos, hacemos acusaciones, exigencias y terminamos con el clásico es que siempre soy yo el que resuelve todo. De hecho, parece que nosotros somos los que escalamos el conflicto porque los withdrawers (los que se retiran) buscan espacio y esperar a que se calmen las aguas. Aquí surge el pues tú eres el que quiere seguir peleando que no necesariamente es acertado.
Estos extremos tienen un mensaje muy claro detrás, aunque no es expresado de la mejor manera. Lo que revelan es la necesidad del pursuer de saber que a su pareja le importa y buscan esa reconexión que anhelan tanto. Para un pursuer una conexión en conflicto es mejor que no tener ninguna conexión.
Un pursuer piensa si tan sólo podemos reconectar, todo estará bien.
Ejemplo:
P: Oye, te pedí que sacaras la basura y ahí sigue. ¿Por qué no me haces caso? ¡Siempre me das el avión! No, no te vayas, ¡vamos a platicarlo en este momento!
Mensaje detrás: Necesito sentir que te importo y que te importa lo que te pido. No quiero que te vayas porque eso refuerza mi miedo a que nuestra conexión se está perdiendo.
De nuevo, no es la forma más efectiva de buscar satisfacer esa necesidad o transmitir el mensaje, pero recordemos que no todos tenemos las mejores herramientas para lidiar con situaciones difíciles. Todos estamos haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos. Nuestra responsabilidad no es culpabilizarnos y juzgarnos sino conocernos mejor y obtener nuevas herramientas.
Withdrawers: Los que se retiran
Estos son los que necesitan tiempo y espacio para poder procesar un conflicto. Generalmente su respuesta es cerrarse, no responder y retirarse temporalmente. Es popular pensar que «eso es lo que debe hacerse» y, por lo tanto, asumir que ellos son los que están en lo correcto. Sin embargo, esto también puede detonar un conflicto y escalarlo de la misma forma que los pursuers, sobre todo cuando remarcan la alteración del otro y se van diciendo pues el enojado eres tú así que yo me voy y a ver cómo le haces.
Ante un conflicto, pueden usar frases como no quiero hablarlo ahora, ¿podemos dejarlo para después?, no, no me pasa nada, no es importante, y mira, ya se me quitó, sigamos con la vida. El extremo es cuando definitivamente dejan de escuchar y se vuelven monosilábicos respondiendo ajá, hmmm y otras que seguramente conoces bien.
Igual que para el pursuer, estos extremos tienen una necesidad clara y válida detrás. El withdrawer quiere evitar que el conflicto crezca, busca cuidar la conexión para evitar que se dañe con la discusión y teme no ser suficiente para su pareja.
Un withdrawer piensa si tan sólo podemos dejar que esto pase, todo estará bien.
Ejemplo:
W: No, no ando raro. (Silencio inusual y distancia física). No, no pasa nada. (Más silencio y más distancia).
Mensaje detrás: Si no digo qué está pasando, puedo evitar que haya un problema que escale y nos lleve a enojarnos. No quiero perder nuestra conexión así que mejor la cuido.
Un pequeño paréntesis aquí. El comportamiento de los withdrawers es diferente a un timeout. Este último es cuando se negocia un tiempo específico para poder respirar y tomar un descanso antes de continuar una conversación difícil. Para que sea un timeout, debe haber validación de las dos partes y un acuerdo mutuo acerca de cuánto tiempo se necesita y cómo se llevará a cabo.
Si no hablamos el mismo idioma, ¿cómo le hacemos?
En la siguiente entrada analizaré un ejemplo específico de la interacción entre withdrawers y pursuers, además de que exploraré alternativas y puntos medios que permiten la interacción.
¿Tú logras identificarte con alguno de los dos estilos? ¡Cuéntame tu experiencia!